viernes, 4 de febrero de 2022

Doug en el país de las maravillas

A veces surfear por internet le lleva a uno a descubrir cosas maravillosas, de esas que no se pueden perder, de esas que no deben quedar ocultas bajo el pegajoso biofilm de lo simple: descubrir seres humanos dotados naturalmente del mayor de los dones: la curiosidad, con permiso del sentido del humor. Y esta vez, como quien no quiere la cosa, estaba un servidor explorando el excelente foro sobre microscopía Microbehunter -con el ánimo de documentarme para una serie de nuevas entradas para este blog- cuando descubrí un hilo que me llevó a descargar este oscuro pdf, un cuaderno de observaciones naturales alojado en el prestigioso Quekett Microscopical Club.

Doug en su salsa

Lo primero que descubro es una especie de obituario de Douglas Turnbull Richardson (1919-2013), un señor inglés que dedicó su tiempo a observar la naturaleza en casi todas sus facetas; un naturalista de la vieja escuela, de esos que no se conforman con un píxel si pueden admirar la imagen entera. El que le hace el prólogo dice que, cuando el amigo Doug cumplió los 87 tacos, éste le pidió un ordenador para pasar sus notas a limpio así como una cámara digital y una cámara para adaptar al microscopio, una de sus pasiones. Y así continuó hasta el día de su muerte, a los nada despreciables 94, habiendo reunido una colección inmensa de fotos y observaciones que su propia familia no sabía qué hacer con ella. Así que hicieron un cómodo pdf y lo colgaron, esperando a que un españolito, deseoso de escudriñar la res extensa cual Descartes de barrio, lo sacara a la luz.


El paraíso: observación del agua de un pilón en primavera (sección I)

Pues a eso estamos; vamos a recorrer el curioso legado naturalista de este encantador personaje, por si podemos sacar algo a imitar: una inspiración, una metodología, una forma peculiar de ver las cosas. Y es que este hombre hizo de muchas cosas: químico analítico, entomólogo, espeleólogo, ictiólogo, botánico, "Natural Historian" (a esto no le encuentro traducción que suene bien) y miembro de un montón de sociedades científicas inglesas. Al lío; todas las imágenes están sacadas de su documento "Observations", a menos que se diga lo contrario.

El cuaderno se estructura en diversas secciones: apuntes y notas cortas de Historia Natural, notas cortas de carácter técnico, ejemplos de preparaciones microscópicas, varias secciones de fotografías (cristales, líquenes, hongos, entomología/zoología, microscopía, geología), y observaciones referidas a diferentes proyectos de investigación de ámbito local, centrados en su Yorkshire natal.

Observación espeleológica (sección I)

En la primera sección (observaciones y notas cortas) aparecen todo tipo de elementos: animales, tipos de arena y tierra y análisis químicos de cavernas, entre otros a modo de cajón de sastre, siempre referenciando cada observación con sus coordenadas geográficas, fecha, identificación y observaciones. Son especialmente curiosas sus anotaciones de fuentes y pilones en primavera ya que es bien sabido que, en esa época de año, se produce la aparición masiva de algas verdes con toda la efervescencia de organismos que se alimentan de ellas, verdadero paraíso de cualquier naturalista provisto de microscopio. Como se trata de ecosistemas de muy rápida evolución, Doug visita cada lugar varias veces sucesivas observando las especies que proliferan (cianobacterias, clorofíceas, diatomeas y ciliados normalmente) y las que han sido desplazadas.

La segunda sección consta de notas técnicas sobre la actividad del microscopista a la hora de crear preparaciones permanentes, como la tinción y el montaje de objetos. En este particular se detiene en hacer "reviews" e "unboxings" -disculpas pero en español sería mucho más largo- de productos alternativos al bálsamo del Canadá, que se emplea como "pegamento" entre el portaobjetos y el cubreobjetos.

Tallos vegetales teñidos con Wacker 3A (Alamy)

Respecto a las tinciones, Doug cuenta su experiencia con la nueva -en 2009, cuando el autor ya tenía 90 años- tinción triple Wacker 3A, que sirve para colorear secciones vegetales; o con el rosa de lignina para teñir el tegumento de insectos, con todos los pasos a seguir descritos con precisión milimétrica. No se libran los productos químicos como la lejía -ya sea dilución de hipoclorito sódico (agua de Javel) o de hipoclorito cálcico y potásico (agua de Labarraque)-, usada para eliminar el contenido celular en tejidos animales y vegetales, dejando únicamente la propia estructura celular vacía.

Preparaciones de raíces, tallos y flores de angiospermas (sección III)

También expone diversas metodologías, algo desordenadas aunque perfectamente explicadas, de recolección, limpieza, montaje y tinción de insectos, pelos, polen, hongos, algas, escamas de peces y organismos acuáticos, con una precisión que ya quisiera para sí el excelente manual de microscopía de Kremer. Un aspecto que explica, muy curioso, es la técnica de disección y preparación de egragópilas para su examen microscópico, así como la extracción de pólenes, la disección de hormigas y la recolección y observación de arenas y detritus marino; vemos que el viejo Doug no solo daba de comer a las palomas en el parque, desde luego.

Preparaciones de arena y conchas marinas (sección III)

Mucho menos tećnica y más pintoresca es la tercera sección, donde nos enseña sus preparaciones de todas las temáticas posibles: de botánica, arenas, malacología, histología y zoología. Algunas son tan bonitas y están tan bien preparadas que me parecen verdaderas maravillas: donde el arte y la ciencia confluyen.

Preparaciones de conchas marinas y de órganos de insectos; la de arriba es una pasada (sección III)

La sección IV expone fotografías microscópicas de sustancias químicas mediante la técnica de la polarización: al rotar dos cristales (el polarizador y el analizador) las diferentes vetas de la sustancia cambian de color, creando efectos muy plásticos. Simplemente se trata de disolver la sustancia (que puede ser, por ejemplo, un medicamento) en agua, poner una gota sobre el portaobjetos y dejarlo secar. Mientras tanto la sustancia cristaliza en función de sus propiedades, y se observa al microscopio girando los prismas. Fácil, ¿no?

Sustancias químicas a la luz polarizada (sección IV)

En este caso, Doug nos presenta ácidos orgánicos y sus sales, como el ácido tartárico, el cítrico o el salicílico, bastante fáciles de conseguir puesto que se utilizan en el sector de la alimentación.

Líquenes de todo tipo (sección V)

En la sección V aparecen multitud de fotografías macro, realizadas con cámara convencional, de líquenes, uno de los organismos que más cariño tengo sin duda, por humildes y simpáticos. Y aquí echa el resto con 80 fotos de líquenes de variados colores y morfologías. Algunas imágenes corresponden a ejemplares recolectados muchos años antes, de la propia colección del autor, con lo que se aprecia su empeño para sistematizar y ordenar sus pertenencias antes de que, posiblemente, acabaran en el cubo de la basura. Uno es muy fan de los líquenes crustáceos de color ocre o amarillento, como los del género Caloplaca o los Lepraria, bien representados aquí.

Setas en la sección VI

La sección VI expone fotos macro de multitud de hongos y setas; bastantes observaciones datan de los años 70 del pasado siglo (se nota en la calidad de las fotos escaneadas). Mis favoritas son las setitas minúsculas: la Hypholoma fasciculare, frecuente en los bosques de pinos, y la Lachnellula subtillissima, con su curioso sombrero invertido.

Agallas en el sección VII
En la sección VII tenemos fotografías de botánica, en especial plantas no vasculares como las briofitas (musgos y hepáticas), además de una gran colección de fotos de semillas y agallas -tumores vegetales- de todas las formas y colores: en robles, abetos, ortigas, endrinos, rosales, helechos...: nada escapa a la observación de nuestro amigo. Las hepáticas me parecen muy top, como diría un buen millenial: la extraña Marchantia polymorpha y las Conocephalum, que tapizan suelos muy húmedos y resguardados del sol, normalmente cerca de fuentes o arroyos.

Avispas y sus nidos (sección VIII)

La sección VIII trata sobre zoología y hay de todo aunque no demasiado bien clasificado: anfibios y sus mudas, insectos (coleópteros, abejas y avispas, etc), quelicerados (arañas y opiliones), miriápodos (ciempiés, milpiés y otras asquerosidades), moluscos, equinodermos y esponjas. Mis favoritos son los tricópteros, que viven en su bolsito de seda, como el Allogamus auricollis o el gran Halesus radiatus.

Molones opiliones (sección VIII)

Los mamíferos están representados únicamente por animales domésticos y murciélagos, lo que evidencia la pasión (por mí compartida) de Doug por las cuevas y las ruinas.

Algas verdes (sección IX)
La sección IX trata sobre microfotografía, que Doug empezó a practicar en 2007, a los 88 años, con gran éxito ya que sus imágenes son muy buenas. Tenemos de todo: histología (tejidos animales y vegetales), órganos de animales, diatomeas preciosas, algas verdes, esporas y micelios de hongos, y todo tipo de animales marinos y terrestres. Me han llamado mucho la atención estas microfotos: los órganos de la abeja Apis mellifera teñidas con azul de solofenil (un colorante textil), la cianobacteria Nostoc commune (con la técnica del contraste de fase) y el delicado hidrozoo -y pequeño arbolito- Obelia geniculata.

Órganos de animales (sección IX)
También, aunque no son suyas, nos enseña su colección de preparaciones de petrología, es decir, lo que se conoce como láminas delgadas. Se trata de preparaciones bastante caras, ya que es necesario cortar las piedras o minerales a un espesor de unas 30 micras haciéndolas traslúcidas, con una cortadora radial.
Láminas delgadas (sección IX)

Muy coloridas son las imágenes del yeso, la peridotita y la filita, debido a que las fotos está tomadas con los nícoles cruzados, de forma que se maximiza el contraste.

Cortes histológicos de tallos (sección IX)

La histología vegetal se encuentra bien representada: secciones de tallos mostrando el floema y el xilema así como cortes variados de hojas y raíces, casi todos vivamente teñidos con safranina (que tiñe el núcleo celular de rojo) y azul alcián.

Minerales (sección X)

La sección X muestra fotografías macro de minerales, cada uno con su identificación, fecha, fórmula química y lugar de recolección. Entre los ejemplares más hermosos tenemos la fluorita -con todas sus variedades cromáticas- y los minerales radiactivos como el uranofano y la autunita, con ese brillo amarillo fuerte que avisa de su peligrosidad.

Análisis microscópico de una cagada de murciélago (sección XI)

La sección XI, denominada "Balsam Post Articles", es una mezcolanza de temas más bien prácticos, como puede ser diseccionar y analizar una deyección de murciélago para encontrar restos de tejidos animales, consejos para disfrutar de la microscopía en familia (observando especialmente pelos de mascotas) y cómo preparar secciones de champiñones, entre otras recetas prácticas de las que se podrían sacar multitud de experimentos escolares.

Muestreo en Castle Woods (sección XII)
La sección XII recoge un proyecto de investigación sobre la biodiversidad en una zona de Yorkshire, en el que se aprecia la metodología de recogida de datos por muestreo encontrando cientos de especies animales y vegetales. Además recoge datos de pH del suelo y dureza del agua, por eso de contextualizar las especies en su medio. La sección XIII es un estudio similar en otra zona.

Croquis de investigación (sección XIV)
La sección XIV es otro proyecto de investigación, esta vez con espeleología incluida, siguiendo el curso de un río y sus tributarios. Además de las especies se toman datos de pH, alcalinidad, dureza y temperatura del agua en cada tramo. Las secciones XV y XVI son datos y bibliografía relativos a los proyectos anteriores.

¿Qué se puede sacar en claro de todo esto?

Además de su innegable valor científico, propio seguramente de toda una vida de curiosidad incesante o de su sistematización quizás algo caótica, lo que me aporta es que un señor mayor, en lugar de abandonar a la vida antes de que la misma le abandone a él, hace justo lo contrario: toma carrerilla a los casi 90 años de edad y se embarca en un proyecto que desafía a su propia senectud, quizás reclamando su pedazo de inmortalidad a través de unos simples escritos.

Fuese como fuese, me gustaría que el viejo Doug hubiera rasgado el velo de Isis triscando por el campo, con su cámara en una mano y su libreta en la otra, para seguir haciendo lo mismo que tanto amaba.

¡Doug, hermano, estés donde estés, no te olvides de observar!

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